Tu Cold Brew en casa

Café molido grueso (aproximadamente 100 gramos por cada litro de agua)

Agua fría (aproximadamente 1 litro)

Jarra o recipiente grande

Filtro de café o bolsa de muselina

Opcional: leche, siropes o endulzantes al gusto

En un recipiente grande, agrega el café molido y el agua fría. Remueve suavemente para asegurarte de que todo el café esté completamente mojado.

Cubre el recipiente y deja reposar el café a temperatura ambiente o en el refrigerador durante 12 a 24 horas. El tiempo de remojo afectará la fuerza y el sabor del Cold Brew. Si lo prefieres más fuerte, déjalo reposar por más tiempo. 

Después del tiempo de remojo, coloca un filtro de café o una bolsa de muselina sobre una jarra limpia y vierte el Cold Brew sobre el filtro para separar la molienda del café.

Una vez filtrado, el Cold Brew estará listo para disfrutar. Sirve el Cold Brew sobre hielo y, si lo deseas, agrega leche, siropes o endulzantes al gusto para personalizar tu bebida.

Recuerda que el Cold Brew es una bebida concentrada, por lo que puedes diluirlo con agua o leche si lo prefieres más suave. Almacenado en el refrigerador, puede durar hasta una semana.

¡Disfruta de este café frío y refrescante en cualquier momento del día!

El Cold Brew en sí mismo es una bebida de café sin azúcar agregada, por lo que no aporta calorías ni carbohidratos significativos. En términos generales, el Cold Brew es una opción de bebida más saludable que muchos cafés preparados con
azúcar y jarabes. El Cold Brew puede formar parte de una dieta saludable si se consume con moderación y sin adiciones calóricas excesivas. Es una opción refrescante y menos ácida para aquellos que disfrutan del café frío. 

El Cold Brew puede estar amargo debido a varios factores, como un tiempo de remojo excesivamente largo, molienda demasiado fina, proporción incorrecta de café a agua, baja calidad del café, filtrado inadecuado o almacenamiento prolongado después del filtrado. Para solucionar el sabor amargo, ajusta el tiempo de remojo, utiliza una molienda más gruesa, verifica la proporción de café a agua, usa granos de café frescos y de calidad, filtra adecuadamente el Cold Brew y
evita un almacenamiento prolongado. Experimenta con los ajustes para obtener un Cold Brew más suave y delicioso.

Sí, por supuesto! Puedes añadir leche al Cold Brew para crear una variante conocida como "Cold Brew Latte" o "Iced Latte". Agregar leche al Cold Brew le dará una textura más suave y cremosa, además de agregar un toque de dulzura y hielos si lo prefieres.

El café helado se prepara vertiendo café caliente sobre hielo y puede tener sabores y niveles de acidez similares al café caliente. En cambio, el Cold Brew se obtiene mediante un proceso de extracción en frío, resultando en una bebida suave, menos ácida y más concentrada. Ambos son deliciosas opciones de café frío, y la elección dependerá de tus preferencias de sabor y tiempo de preparación.

Para hacer Cold Brew, utiliza granos de café tostados medio a oscuro, frescos y enteros. Opta por granos de origen único o mezclas de alta calidad. Muele los granos justo antes de preparar el Cold Brew con una molienda gruesa. Experimenta con diferentes tiempos de remojo para encontrar el sabor que más te
guste. ¡Disfruta de tu Cold Brew casero!

Dar una oportunidad al Cold Brew es como abrir la mente a todo un nuevo paladar de sabores que no sabía que existía. Su mundo se abrirá a un rico perfil de café que requiere menos edulcorante y más tiempo dulce. El Cold Brew tiene un proceso de preparación fácilmente adaptable, y en poco tiempo descubrirá el tiempo de preparación óptimo que crea la taza perfecta de café preparado en frío para usted.